La última normativa facilita un
poco más la vida a las personas discapacitadas
Durante mucho tiempo las barreras
arquitectónicas han dificultado las cosas más cotidianas a las personas con una
movilidad reducida. Poco a poco, y a través de
nuevas normativas, las cosas van
siendo más sencillas, pero todavía queda mucho por recorrer.
Hablamos con Carmen Viana,
estudiante de la
Facultad de Comunicación, con una discapacidad física sobre
los avances de esta nueva normativa.
Carmen Viana, alumna de la Facultad de Comunicación de la US (elaboración propia)
Sara Ruano: ¿Siguen existiendo
edificios con impedimentos para acceder a ellos?
Carmen Viana: Normalmente, desde
la legislación nueva sí he notado que están más adaptados los edificios. Aún
así, sigue habiendo muchísimos sitios que no tienen ni rampas ni ascensores. Lo
intentan adaptar con una maquinaria para no tener que poner ascensor donde no
hay espacio, pero eso son los que menos. Hay muchísimos edificios antiguos que
no tienen absolutamente nada. Los edificios nuevos, como tiene la legislación
que tienen que cumplir, siempre están adaptados.
S.R.: Y ¿en edificios públicos?
C.V.: Los edificios públicos hay
algunos que son tan antiguos que tampoco tienen adaptación. Algunos colegios
tampoco tienen adaptación. Eso es preocupante porque en el colegio sí puede
haber una persona que esté en silla de ruedas y no pueda acceder al colegio, y
es una temporada muy larga. Yo estaba en un colegio de pequeña y no tenía
ascensor. Estuve seis años y no pusieron ascensor porque la Junta de Andalucía
tenía que dar el permiso, y el permiso se demoró ocho años. Impedimentos más
repetidos.
S.R.: Hablemos de las plazas
reservadas, como por ejemplo en el cine…
C.V.: En algunos cines sí se
encuentran, el problema es la ubicación. Nadie se pone en la fila de abajo
porque ve mal, y había posibilidades para poner la silla para discapacitados un
poco más alta porque hay cines que se entra por arriba y cines que se entra por
la mitad. Es lógico que se ponga una silla adaptada en el sitio donde la
persona pueda ver mejor. Además, no es una persona corriente, hay personas que
les falla el cuello… no son todos los casos los mismos. Es verdad que no se
pueden tratar casos particulares, pero poner una silla de discapacitados abajo
del todo es una locura porque la película no se disfruta. Las salidas por las
que sale todo el mundo, igual que las máquinas elevadoras se pueden poner en
cualquier edificio también se puede poner en un cine. Salir por el mismo sitio
por donde sale la gente normal, o sea, quieren tanta integración, pues que nos
integren de la misma manera, no que tengas que salir por el mismo sitio por el
que has entrado y tengas que darle explicaciones de por qué sales por ahí al
guarda de la puerta. Eso no es integración.
S.R.: Si por ejemplo una persona
discapacitada quiere ir a una piscina…
C.V.: Las piscinas es un tema que
es una locura. No están adaptadas ninguna. Por ejemplo yo soy una persona que
ha hecho mucho deporte siempre, pero en cuanto empecé a crecer mi madre ya no
podía conmigo y ya ella no podía meterme en la piscina ella sola. Yo nunca he
hecho natación guiada, a mi no me ayudaban y tenía que ser mi madre cuando
entraba a ayudarme. Cuando crecí mi madre ya no podía. La normativa antigua se
exigía poner una silla en la piscina para personas que no pudieran meterse. Esa
silla siempre la ponen en la piscina de chapoteo, una piscina en la que no nada
la gente de quince años para arriba. La piscina grande la dejan sin servicios.
Total, crean piscinas que tienen dos meses de apertura y no están adaptadas. A
parte los servicios. Si yo necesito a una persona que tiene que ayudarme tiene
que ser del mismo sexo que yo; si mi padre tuviera que ayudarme porque mi madre
no pudiera mi padre no podría entrar conmigo porque no puede entrar en el
servicio de mujeres. Son datos que la gente no ve importantes pero
que la persona que lo vive sí. Problemas que la nueva normativa tampoco
soluciona.
S.R.: En resumen, ¿se han notado
las mejoras desde la normativa de 2010?
C.V.: Depende, si hablamos de las
piscinas por ejemplo se han notado muy poco. Si hablamos de la creación de
badenes, sí se nota. El problema es que si es verdad que siempre te encuentras
que todavía falta la conciencia.