A pesar de todas las dificultades
que tuvo para finalizar su construcción, la Catedral Basílica Metropolitana de
Santa Catalina de Alejandría, conocida coloquialmente como la Catedral
de Santa Catalina de Alejandría cumple este año 2012 cuatrocientos años desde
que finalizó la construcción del proyecto.
El proyecto original de 1575 del
maestro Simón González seguía las características propias de la arquitectura
herreriana, caracterizada por darle un gran valor al rigor geométrico y a las
relaciones matemáticas entre los distintos elementos y volúmenes. Aunque los
primeros estudios buscaban modelos anteriores en la arquitectura de América
Latina, los últimos que se han realizado han demostrado que Simón González tomó
la inspiración de basílicas canarias y andaluzas.
Si bien los primeros planos datan
del último cuarto del siglo XVI la obra completa no se finalizó hasta treinta
siete años después, y las bóvedas finales no se le añadieron hasta el año 1653;
casi un siglo después. Y es que la tardanza de construcción del proyecto no fue
solamente por la lentitud que conlleva el levantar un templo de tales
dimensiones.
En el año 1577 se empezaron a
levantar los primeros cimientos que seguían las instrucciones del autor. El
templo estaría compuesto de tres naves separadas por seis columnas con fustes
cilíndricos con arcos de medio punto. Toda la construcción sería de piedra
porque, según palabras textuales del autor que se recogen en el libro Cartagena
de Indias: la Ciudad y sus Monumentos, “por ser más perpetua obra la de piedra que la de
ladrillo”. Además, en todo momento, el autor vigiló que todo se hiciera como él
lo había dispuesto, negándose a remodelar las dimensiones de la capilla y de la
nave mayor para que tuvieran distintas alturas, ya que eso “sería afearla”.
Xilografía de la Catedral de 1871 (Imagen de Flickr con Licencia Creative Commons)
Cuando la catedral estaba casi terminada, la ciudad de
Cartagena sufrió un asalto, conocido como el Ataque de Drake, dejando la obra
casi destruida por completo. En esos momentos, el cabildo no tenía suficiente
riquezas para reparar los daños, por lo que se siguió construyendo pero sin
arreglar los desperfectos.
Hacia 1600, una vez que la obra estaba a punto de ser
finalizada por segunda vez, de forma natural, sin “huracán ni tormenta”, la
nave mayor y un lateral se desploman. Nadie se explicaba cómo podía haber
ocurrido ese suceso. Después de las primeras revisiones se descubrió que la
causa del derrumbe no había sido natural, sino que las cubiertas de las azoteas
planas eran muy pesadas y la estructura no había podido aguantar todo el peso.
El cabildo de la ciudad acusó como responsable a Simón González, se querelló
contra él, pero finalmente éste se libró de los cargos.
Tras informar al monarca de lo ocurrido, éste a través de una
cédula real del 20 de junio de 1602 envió un donativo de mil ducados con el que
se pudo terminar la obra diez años después. Años más tarde se le añadieron las
bóvedas y las campanas.
Cuatrocientos años de estar en pie y casi cinco siglos de una
increíble historia.
Fachada de la Catedral actualmente (Imagen de Flickr con Licencia Creative Commons)
Fuentes: Marco Dorta, Enrique.Cartagena de Indias: la Ciudad y sus Monumentos (1951); Puig Grao, Arnaldo.Síntesis de los estilos arquitectónicos (1989), http://www.guiatodo.com.co
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