domingo, 14 de octubre de 2012

Buenos Aires y Sevilla unidas por un mismo autor


Casi diez mil kilómetros separan a estas dos ciudades, pero desde el año 2001 tienen algo en común. Santiago Calatrava las ha unido dotándolas de dos puentes similares. En Sevilla, el Puente del Alamillo une la ciudad con la Isla de la Cartuja; en Buenos Aires el Puente de la Mujer abre una línea comercial entre la ciudad porteña y Puerto Madero. Pero, ¿son realmente iguales ambos puentes?

A veces la vista engaña y en este caso es así. Si además a esto se le añade la dificultad de que este autor basa sus obras puramente en la estructura, el engaño es mayor. Ambos coinciden en ser puentes atirantados, pero los conceptos son totalmente diferentes. Mientras que el puente sevillano es la figura de un arpa, el argentino representa a una pareja bailando tango. A pesar de las dudas que plantea esta representación, la idea de Calatrava era clara. El hombre está representado por el brazo vertical que sostiene al tablero inferior que simboliza a la mujer. El puente encarna la escena final del baile cuando la mujer se deja caer y el hombre la sostiene en sus brazos, que en este caso serían los cables que unen a las dos partes.



Puente del Alamillo (Sevilla) (Imagen de Flickr con Licencia Creative Commons)

Puente de la Mujer (Buenos Aires) (Imagen de Flickr con Licencia Creative Commons)

Los materiales empleados en ambos puentes son los mismos porque las piezas de los dos se hicieron en Vitoria, ya que el acero empleado no se trabaja en Argentina.

Otra distinción significativa es que el Puente de la Mujer es exclusivamente peatonal; a diferencia del Puente del Alamillo que tiene una parte central del tablero peatonal y a su lado dos carriles para vehículos. Pero lo que puede marcar más las diferencias es que el puente porteño se abre. El tablero se divide en tres secciones, dos fijas en los márgenes del dique y una rotativa que permite el paso de las embarcaciones manteniéndose abierto hasta dos minutos.  Este detalle puede hacer pensar que el Puente de la Mujer es, en cierta medida, más sobresaliente. Sin embargo, el puente sevillano tiene una nueva particularidad. El remate del mástil es un mirador. Por el interior del mástil existe una escalera que lo recorre. Todavía no se ha utilizado porque el espacio se ha reservado para un futuro ascensor que facilitará una panorámica exterior.

También los momentos de su inauguración no pudieron ser más dispares. La inauguración en Sevilla se hizo el momento de mayor esplendor hispalense; la Exposición Mundial que le abrió las puertas internacionalmente. Por el contrario, la inauguración en Buenos Aires pasó desapercibida. El país del tango pasaba uno de sus peores momentos, el famoso "corralito" que perjudicó a gran parte del país. Lo que sí es verdad, es que ambos puentes abrieron una línea clave en la actualidad de las dos ciudades. La Isla de la Cartuja, un espacio reservado para la innovación y la tecnología sevillana y, Puerto Madero un antiguo puerto comercial convertido a partir de este momento en uno de los lugares más selectos y exclusivos de la capital argentina.

Fuentes: Tzonis, Alexander. Santiago Calatrava: Obra Completa (2007); Obras singulares ; Plataforma Arquitectura

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